El Ayuntamiento de Castalla cede dos faroles a la Iglesia Parroquial de la Mare de Déu de l’Assumpció
El Consistorio ha restaurado los fanales procesionales antes de cederlos a la parroquia local por un período de cinco años prorrogables
El Ayuntamiento de Castalla ha cedido dos faroles de propiedad municipal a la Iglesia Parroquial de la Mare de Déu de l’Assumpció, mediante un contrato de exposición y cesión temporal de bienes muebles por un período de cinco años, con la posibilidad de prórrogas si hay acuerdo entre las entidades política y religiosa. El alcalde de la ciudad, Antonio Bernabeu, y el rector de la iglesia parroquial, Salvador Valls, han formalizado el acuerdo.
En este sentido, el primer edil ha declarado que “antiguamente estos faroles se usaban en las procesiones de la Mare de Déu y a través de este acuerdo con la iglesia, recuperamos su uso original y los cedemos para que sean expuestos y usados en los actos religiosos de la parroquia de la Mare de Déu de l’Assumpció”. Bernabeu ha añadido que “en Castalla contamos con un gran patrimonio y desde el Ayuntamiento somos responsables de conservar nuestra historia para que se mantenga en buen estado, a través de la rehabilitación y el mantenimiento”.
Los faroles procesionales se encontraban ubicados en el zaguán del edificio del Ayuntamiento antiguo, donde fueron hallados cuando se compró el inmueble, y forman parte del inventario municipal. La finalidad de esta cesión es darle un uso cultural y devocional a los elementos. De esta manera, la ciudadanía podrá visitarlos en la iglesia y también se usarán como ornamentación y acompañamiento de la imagen de la Patrona de Castalla.
Por su parte, la concejala de Patrimonio, Maite Gimeno, ha explicado que “los dos antiguos faroles de la Mare de Déu de la Soledat constituyen una parte importante de la historia y el patrimonio de Castalla, de gran calidad artística, y desde el Ayuntamiento trabajamos para ponerlo en valor y que todo el pueblo pueda disfrutar de ellos en la parroquia de nuestra localidad”.
A través del contrato, la parroquia local se compromete al mantenimiento de los faroles para su debida conservación y rehabilitación, en caso de ser necesario.
El Consistorio ya había acometido el proceso de restauración de estos. Durante el tratamiento se descubrió que los faroles están hechos de peltre –aleación de estaño, cobre, antimonio y plomo, en algunas ocasiones- y estaban repintados. Los tratamientos se han alargado durante tres meses, hasta que los elementos han quedado en perfecto estado.